Más de 50 años de conflicto armado están por concluir en Colombia
con la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y su posterior ratificación por el pueblo
colombiano después de casi cuatro años de negociaciones.
La comunidad internacional ha jugado un papel destacado,
desde las declaraciones de apoyo al proceso hasta la mediación (Cuba y Noruega)
reflejando la relevancia para la humanidad de dar fin a la violencia y abrir
paso a una nueva etapa de desarrollo en Colombia.
Como han mencionado los protagonistas del acuerdo, la firma
es tan solo el primer paso en la construcción de la paz, pues sin duda su
cumplimiento será todo un reto. Es en tal sentido que resulta relevante el halo
de legitimidad que otorgará el resultado del plebiscito el próximo 2 de octubre
a la pregunta ¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y
la construcción de una paz estable y duradera? Donde responderán todos los ciudadanos
colombianos registrados ante el Consejo Nacional Electoral de Colombia.
Para ser válido, el referéndum deberá tener como respuesta a
favor (“Si”) en mayor número que el “No” y superar el 13% de participación en
relación al censo electoral (4.396.626 votos).
Tiempos Modernos, Liderazgos Modernos A.C., acompañará este
proceso por medio de sus miembros en calidad de observadores electorales a
través de la Misión de Observación Electoral, tanto en Colombia como en la Embajada
Colombiana en México. De tal manera, se dará fe de la integridad del ejercicio.
¿Puede ser posible una votación mayoritaria para el “No”? puede ser, aunque cada vez menos probable de
acuerdo a las encuestas publicadas desde el anuncio del referéndum. A inicios
de agosto la encuesta de Ipsos Napoleón Franco dio como resultado un 39% a
favor del “Si” y un 50% a favor del “No”.
Para comprender por qué se puede estar en contra de los
acuerdos es necesario tomar en cuenta a aquellas personas, familias y comunidades
que por estos más de 50 años han sido víctimas directas e indirectas del
conflicto. En primer lugar, el simple hecho de haber entablado negociaciones
con la guerrilla reconoce una legitimidad subyacente, de otra forma, no es más
que un grupo terrorista, (tal como ha sido señalada incluso por los Estados
Unidos de América), y, por tanto, no hay espacio para que la autoridad nacional
negocie (tesis sostenida por el expresidente y promotor del voto por el “No” en
el plebiscito Álvaro Uribe).
Por otro lado, se encuentran los daños a las víctimas, como
en toda negociación, los alcanzado en los acuerdos de paz no deja totalmente
satisfecho a ninguna de las partes, con daños son de diversa cuantía, desde los
desplazamientos hasta la pérdida de vidas. ¿Serán capaces los colombianos de
aceptar lo negociado?
La firma de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano
y las FARC son todo un logro para la humanidad, y en caso de ser refrendado,
será un logro comparable en su significado con el fin del Apartheid in
Sudáfrica, y de la misma forma, pondría a sus protagonistas en primera fila
para ser acreedores del premio nobel de la paz en sus próximas ediciones.
Felicitaciones a las partes por la firma del Acuerdo de Paz.
El mayor de los reconocimientos al proceso de negociación por parte de Tiempos
Modernos Liderazgos Modernos A.C.
por: Rodrigo Delgado Méndez
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