Nuestra razón de ser

Misión
Fomentar la participación ciudadana de los jóvenes para su desarrollo como líderes sociales, así como apoyarlos en la búsqueda de oportunidades de participación en espacios públicos y prepararlos para participar en la toma de decisiones en dichos espacios.

Visión
Ser una asociación impulsora de profesionistas jóvenes con habilidades y capacidades políticas, para que su desarrollo no esté limitado por factores distintos a sus capacidades intelectuales, para su beneficio y el de sus comunidades.

martes, 22 de agosto de 2017

Consejos para una entrevista laboral exitosa

Dennis Torres Ruiz @eozkrojb



Presentarse a una entrevista laboral ya es ganancia a la hora de estar en busca de un empleo, normalmente significa que ya se han superado diversas etapas y al estar en este punto eres un serio candidato para ocupar la vacante. Lo importante en la entrevista es que en poco tiempo muestres que estás dotado de aptitudes necesarias para desempeñar el trabajo al que postulas y las competencias que tienes. 

Una ventaja que el solicitante tiene es que pocos empresarios tienen idea de cómo dirigir una entrevista de trabajo, como afirma Silvia Forés, directora de Recursos Humanos en Baker & MacKenzie, en el portal de empleo Infojobs “efectivamente [el directivo] seguramente leyó tu CV, pero difícilmente preparará una entrevista bien estructurada”; esta actividad normalmente recae en el área de Recursos Humanos o un seleccionador profesional. Cualquiera que sea el caso es importante cuidar los siguientes detalles:

1. Ser puntual en el horario de la cita: al menos llegar con diez minutos de antelación, por ningún motivo debes hacer esperar al entrevistador.


2. Practica la “postura de poder” que consiste en tener la cabeza alta y la mirada al frente, esto te ayudará a tener y mostrar autoconfianza y permite que tengas controlada la situación en la que te encuentras.


3. Recuerda que eres el entrevistado por lo que deja que el entrevistador haga su trabajo y no se te ocurra interrumpir la entrevista, puedes hacer comentarios y preguntas, pero jamás interrumpir de manera áspera. 


4. Siempre es recomendable realizar preguntas, una buena manera de expresarlas es la siguiente:

  • ¿Mis contactos en el sector, podrían ser de ayuda? 
  • ¿Mi capacidad para adaptarme a entornos internacionales, podría ser una ventaja? 

Esta fórmula permite mostrar interés y a la vez demostrar las cualidades como candidato, por lo tanto prepara tu entrevista, adecuadamente.



“Consejos para hacer una entrevista de trabajo perfecta”, en El economista.es, por el Ecodiario en http://www.eleconomista.es/emprendedores-pymes/noticias/7804632/09/16/Consejos-para-hacer-una-entrevista-de-trabajo-perfecta.html [05082017]

lunes, 21 de agosto de 2017

EL TRABAJADOR DE LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

Alma González-Lozano, Ph.D. @stratraining



El mundo del trabajo está altamente condicionado por la evolución de la tecnología, misma que a su vez transforma industrias y mercados. Así, se identifican cuatro revoluciones industriales que han cambiado radicalmente la manera en que los individuos y organizaciones trabajan y se relacionan: la primera revolución industrial tuvo lugar entre 1760 y 1830, y se caracteriza por la transición de producción artesanal a producción con máquinas; la segunda revolución industrial ocurrió en la década de 1950 y fue generada por la introducción de la electricidad en los procesos productivos, lo cual facilitó la manufactura en grandes cantidades; la tercera revolución industrial comenzó en la segunda mitad del siglo XX y su principal característica fue el uso de tecnologías digitales en el proceso productivo; y finalmente, la cuarta revolución industrial ha surgido en el siglo XXI y es posible gracias a la integración de sistemas ciberfísicos que posibilitan la total automatización de las cadenas de valor. Ante la inminente propagación de la inteligencia artificial y la automatización del trabajo, surgen interrogantes referentes al futuro laboral de las nuevas generaciones. ¿En qué trabajarán los jóvenes de hoy si gran parte del trabajo del futuro podrá ser realizado por máquinas y robots? ¿Cómo se pueden preparar los trabajadores para ese futuro tan diferente?

Las instituciones de educación superior se esfuerzan por adaptarse a los cambios, actualizando constantemente sus planes de estudio e incorporando la tecnología como parte fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje, facilitando la educación en línea y el aprendizaje sin barreras espacio-temporales. No obstante, la realidad es que el proceso de cambio es mucho más rápido que la capacidad de los sistemas educativos de adaptarse a los nuevos contextos tecno-industriales. De hecho, expertos estiman que para el año 2030 el 40% de los empleos en Estados Unidos estarán automatizados, y el 65% de los niños que actualmente cursan la primaria tendrán profesiones que aún no existen. Y los efectos en países en vías de desarrollo serán aún más fuertes: el Banco Mundial calcula que dos tercios de los trabajos en países en vías de desarrollo serán totalmente automatizados, aunque no menciona cuando exactamente. Los cambios son tan acelerados que parece que no hay profesiones inmunes a la automatización, pues en la actualidad se desarrollan robots capaces de realizar trabajos manuales, pero también trabajos creativos, así como trabajos que requieren conocimientos técnicos altamente especializados. Por tal motivo, es posible vislumbrar un mundo en el que la automatización podrá realizar todo el trabajo humano, desde el de obreros y choferes, hasta el de artistas, músicos, y escritores, pasando por el de maestros, abogados y cirujanos, toda vez que se pronostica que en el año 2053 los robots reemplazarán a estos últimos en los quirófanos.


Ante este escenario, los observadores pesimistas conciben un futuro desalentador en el que el trabajo humano perderá su valor, salvo notables excepciones, como las de expertos en inteligencia artificial, robótica, genética, nanotecnología, y biotecnología. Los observadores optimistas, sin embargo, conciben un mundo lleno de oportunidades, pues afirman que no se trata de la eliminación del trabajo humano, sino de la transformación radical del mismo. En efecto, si bien la futura ubicuidad de la automatización es innegable, también es cierto que el futuro atestiguará el surgimiento de nuevos campos de saber y actuar que requerirán profesionales con habilidades resistentes a la automatización, principalmente habilidades emocionales y empáticas, mentales y de pensamiento abstracto, y de comunicación interpersonal compleja. De hecho, el Foro Económico Mundial, reconoce que uno de los mayores retos de los trabajadores del futuro será la adquisición constante de nuevas y mayores habilidades que no fueron aprendidas como parte de su educación formal.

En este contexto, el mundo empresarial ya está tomando acción, implementando programas de capacitación que, apoyados en las tecnologías educativas más innovadoras, desarrollan nuevas competencias en los trabajadores a cualquier hora y en cualquier lugar. Y no es para menos, pues según un estudio sobre capital humano de la empresa consultora Deloitte, 83% de los líderes empresariales alrededor del mundo consideran que la re-definición de carreras profesionales y la creación de nuevos modelos de aprendizaje son una tendencia muy importante con gran impacto en el futuro de los negocios. Pero los esfuerzos de las empresas no son suficientes, pues corresponde a los trabajadores del presente y del futuro asumir la responsabilidad de desarrollar las capacidades de reinventarse y reeducarse a sí mismos a lo largo de toda su vida, de ser altamente adaptables a cualquier contexto tecno-industrial, y de equiparse con sólidas bases mentales y destrezas físicas que les permitan crear su propio valor como profesionales y ser fácilmente integrables en equipos ágiles, flexibles, y multidisciplinarios que operan desde diversos puntos geográficos a través de tecnologías digitales. En la era de la cuarta revolución industrial muchas ocupaciones desaparecerán, muchas serán creadas, y muchas de las actuales continuarán existiendo, pero requerirán nuevas habilidades y destrezas que los trabajadores tendrán que aprender y desaprender a lo largo de sus vidas.



Hasta la segunda mitad del siglo XX esto hubiera parecido misión imposible, pues se creía que el cerebro humano era un órgano mayoritariamente estático. Sin embargo, gracias al avance de la neurociencia, en la actualidad conocemos la verdad: la estructura del cerebro y las conexiones que existen entre las neuronas, llamadas sinapsis, no son fijas ni determinadas por la genética, sino que son moldeadas constantemente por los pensamientos y acciones. A este fenómeno se le conoce como neuroplasticidad, y representa una gran oportunidad para que los trabajadores se regeneren a voluntad y maximicen su potencial individual al experimentar varias facetas de aprendizaje y desarrollo profesional. En este sentido, tradicionalmente se ha creído que las personas nacen con ciertos talentos determinados, y que tanto el descubrimiento de una vocación como el desarrollo de habilidades clave para el éxito laboral ocurren únicamente durante la juventud. Sin embargo, investigaciones recientes del profesor David Galeson, de la Universidad de Chicago, han demostrado que la experiencia adquirida en la juventud y adultez posibilita la generación de conexiones neuronales en la edad adulta que dan lugar a la generación de nuevas ideas y habilidades que a su vez son generadoras de productividad profesional. Así, la neuroplasticidad bien empleada habilita a todo ser humano para desarrollar nuevas competencias y aprender nuevas profesiones a cualquier edad, construyéndose y reconstruyéndose constantemente, permitiéndoles estar listos para las transformaciones de la cuarta revolución industrial y todas las posteriores.


A lo largo de la historia se han presentado patrones de desarrollo tecno-industrial que transforman el escenario socio-económico mundial, pero lo que caracteriza a la cuarta revolución industrial es que es capaz de desplazar la mayor parte de los trabajos conocidos hoy en día. Sin embargo, no ha sido un fenómeno repentino, pues en la actualidad algunas de las ocupaciones de mayor demanda y rentabilidad, tales como desarrollador de software, no existían hace menos de 50 años: son producto de la evolución tecnológica. De igual manera, esa misma evolución generará nuevas oportunidades laborales para los trabajadores del futuro. Estas nuevas ocupaciones estarán más presentes en los sectores de servicios y requerirán que los trabajadores estén inmersos en un proceso deliberado de constante aprendizaje, desarrollo, y adaptación. Los gobiernos, los sistemas educativos, y las empresas líderes alrededor del mundo han empezado a actuar para hacer frente a las grandes transformaciones que se avecinan, pero la lentitud institucional hace imperativo que los individuos emprendan acción por cuenta propia, garantizando su propio futuro laboral al equiparse con los conocimientos, habilidades, y actitudes que requiere el trabajo del futuro, aprovechando la plasticidad del cerebro humano para reinventarse constantemente y generar nuevas ideas, para así no sólo observar pasivamente cómo se desarrollan las tendencias y se configuran los nuevos escenarios, sino para ser parte activa de esa fuerza evolutiva que crea y transforma el mundo día a día.